Somos una familia española, ubicada en Mérida, amante de esta magnífica y peculiar raza. Nuestra historia nació por amor, por respeto, y por pasión.

Nació por amor a la naturaleza, nació por respeto hacia ella y a los animales, nació por pasión, por pasión a la micología, en particular al mundo de la truficultura, Y son ya más de diez años dedicados en cuerpo y alma a esta magnífica raza de la cual aún no doy crédito de la gran capacidad que alberga para este apasionante oficio y mundo que es el de la Trufa. Son más de diez años luchando por mejorarla, más de diez años Sin descanso, sin descuidarnos, sin despreocuparnos y sin relajarnos.

No solo yo sino también toda mi familia y todo lo hacemos por ellos por nuestros Lagotto Romagnolo, mimándolos y cuidándolos hasta la saciedad todo por perfeccionar esta raza, que de la cual queremos dejar un legado para las generaciones venideras, perros únicos, perros perfectos tanto en morfología, como en carácter, como en actitud de trabajo y por supuesto en salud genética. Puesto que nuestra línea de sangre, la línea de la casa Vallaroli es única en su raza y entre todas las líneas de sangre.

Cierto es que podría diferenciar mis ejemplares entre un millón de ellos y de eso se trata, de que nuestros Lagotto Romagnolo sean únicos entre todos ellos y sean una de las herramientas fundamentales en este oficio emergente en España que es el de la Truficultura.

Vivimos por y para ellos y espero y deseo que nuestros hijos continúen este camino de amor, de pasión y de respeto por esta raza y que por supuesto sigan mejorándola como yo hoy hago y haré hasta que tenga uso de conciencia. Cortas se quedan las palabras de halago para nuestros lagottos qué Todo y tanto me han dado e intentaré aunque sea con mis años de vida, devolverles todo lo que ellos nos han aportado aunque por supuesto no lo consiga.